SOY YO Y MIS CIRTCUNSTANCIAS

Esta frase pertenece al filósofo español José Ortega y Gasset, fundador de la corriente filosófica del “perspectivismo”. Palabras que quedaron grabadas en mi memoria y que me ayudarían a buscar comprender a los demás, lo que vulgarmente se dice “ponerse en los zapatos del otro”.

Ortega no habla del ser humano en general, habla de cada ser, con todo lo que le rodea, con su presente y su pasado, no solo su ser físico, sino histórico y espiritual. Sostiene que “la vida es lo individual”, es decir yo en el mundo y la realidad circundante “forma la otra mitad de mi persona”.

De este pensamiento filosófico se basa la postura del punto de vista. Es decir, podemos ver la realidad según de cómo y dónde la miremos. No sólo desde el lugar que implica el espacio, sino desde quien lo mira. Ese quien mira, es un ser irrepetible y único que nunca podrá ver igual que otro aunque mire lo mismo.

Antonio Rodríguez Huéscar, estudioso de Ortega expresa: ”Atendemos a aquello que nos interesa. Y ¿quién o qué decide de nuestro interés en cada momento? Pues, sin duda, la constelación íntima de nuestras necesidades, deseos, apetencias, conveniencias vitales, sentimientos, preferencias, amores y odios; en suma, todo eso que Ortega designa muchas veces con una sola palabra: nuestro corazón. («El paisaje ordena sus tamaños y distancias de acuerdo con nuestra retina, y nuestro corazón reparte los acentos» -decía ya Ortega en Verdad y perspectiva)

En un mundo cada vez más abierto, que acepta tantos pseudoadelantos, nos enfrentamos ante ciegas intolerancias, ante la incapacidad de reconocer que no eres dueño de la verdad, que tu perspectiva no es la misma que la de los demás, que se viven situaciones y circunstancias muy diferentes, que hacen del otro, equivocado o no, dueño de su verdad, aunque ella emerja de su corazón.

 Y cuando afirman que tus juicios son personales, sí es verdad, tan personales como los de ellos mismos.