EXTRAÑO MI MAR
En estos tiempos de encierro, limitaciones sociales, protocolos, etc., extrañamos muchas personas, actividades, lugares, etc.
Me cuesta mucho el alejamiento social, los afectos, los encuentros, los abrazos, el cara a cara sin un elemento electrónico interponiéndose.
Soy una ciudadana de dos países y esta situación me ha hecho perder una de ellas. Las fronteras cerradas, sin si quiera vuelos para compartir mi otro corazón territorial.
Pero sin temor a exagerar, puedo afirmar que extraño MI mar. No es el mar, sino mi mar. El de mi rincón del este. Ese mar que me identifica, me energiza, me tranquiliza. Su azul intenso con olas bravías que descargan toda su fuerza al romper en la costa y besa la arena en una dulce entrega.
Un mar pasional y profundo, lleno de vida y movimientos lúdicos y poéticos. Su extenso azul invita a la relajación, a la difícil tarea de poner la mente en blanco y dejarse llevar por su inmensidad.
Ya empieza la época de divisar ballenas….El año pasado en setiembre las vi jugar y bailar con sus enormes cuerpos que lucen elegantemente, para el goce de quienes las observan.
Y uno se siente pequeño y a su vez parte de ese todo maravilloso que se regala ante nuestra soberbia humana.
Quizas fui una brótola en alguna vida anterior……