Mi hermano partió para Brasil muy jovencito, se radicó en Curitiba, se casó con una mujer maravillosa y tienen dos hijos: Martin y Marcela. Los dos son especiales, Tim nació con Síndrome de Down y Marcela con un alma tan especial como su hermano.

Ella conocía el sueño de su mamá: una fiesta sorpresa y con glamour para festejar sus Bodas de Plata. La situación económica de Brasil es muy mala y Marcelita terminando su carrera de Comercio Exterior y un empleo de novata sabía que no podría hacerlo sola. Su tía Susana acompaña su sueño.

Tal hada madrina de los cuentos de hada tomó su varita mágica y puso en práctica su plan de hacerlo realidad. En el mes de febrero, gracias al famoso W App, pregunta si la apoyaríamos pagando cada uno su invitación. Todos nos pusimos de acuerdo y esta jovencita organizó desde la fiesta, hasta hotel, peluquería, idas y venidas al aeropuerto y todos los detalles que serían incontables de transmitir. Todo en el mayor secreto. Martincito estaba al tanto de todas las andanzas y nunca se le escapó ningún comentario pero sí los doscientos dólares que tenía guardado!!!

Fueron meses y miles de mensajes que iban y venían hasta que llegó el día ansiado. La fiesta fue programada para el  sábado 11 de noviembre y partimos de Paraguay sus hermanas y familias, desde diferentes puntos de Uruguay: primos, hijos de primos, amigos y  también de Brasil obviamente.

Decidimos ir apareciendo en su casa el viernes, llegamos en auto, en avión y en diferentes horarios, los homenajeados no entendían que sucedía. Mi sobrina les dijo que veníamos a su fiesta de graduación. De todas maneras les llamaba la atención tanta gente....hasta llegaron a pensar que Marcelita se casaba de sorpresa!!!!

El sábado a la noche, sus padres llegan al local del evento y ven en la entrada fotos de su casamiento y preguntan inocentemente por las fotos de los demás compañeros .Fue el momento en que Marcela, cumpliendo su rol de hada batió su varita mágica y transformó su fiesta en la fiesta de celebración de sus padres. Se lleva a su madre a una pieza, le cambia el vestido y le da un ramo de novia idéntico al que había llevado 25 años atrás.

Se abren las puertas y se encuentran con 150 invitados y más de la mitad del exterior. La “novia de las bodas de plata” entró  con una alegría indescriptible, alzando su ramo como un trofeo de vida y diría casi bailando, mientras “el novio plateado”, escondía lágrimas con sus manos y repetía “No puede ser, no puede ser”. El mismo cortejo de hace 25 años, llevaron los anillos y ramitos de flores. El sacerdote estaba esperando en un improvisado altar para realizar la renovación de votos matrimoniales que según mi hermano, lo volvieron a casar por lo similar de la liturgia. Luego las palabras de un sobrino y del mensaje grabado de mi hijo menor que no pudo ir, hicieron que mi hermano rompiera en sollozos que no pudieron ocultar sus dos manos.

Marcelita con un esfuerzo increíble, que sólo el amor lo puede,  cumplió el sueño de su mamá pero nunca imaginó lo feliz que nos hizo a todos los presentes por estar juntos festejando la vida, el amor y la familia.

GRACIAS MARTIN Y SUZETE POR CRIAR ESOS MARAVILLOSOS HIJOS!!!

GRACIAS MARCELA Y MARTIN!!!!!!!! CAMPEONES DEL AMOR!!!!