A los 14 años

Mañana, Agustina, mi nieta mayor cumplirá 14 años. La melancolía me ha llevado a recordar mi vida a esa edad.

1968 fue un año muy intenso y que me ha marcado mucho. Se dieron acontecimientos muy especiales, caracterizados muchos de ellos por manifestaciones estudiantiles: el mayo francés, movilización de protesta de estudiantes de la Sorbona  que continuó con una huelga general obrera; las manifestaciones de jóvenes estadounidenses protestando contra la Guerra de Vietnam; la Primavera de Praga, donde un nuevo movimiento exige un “socialismo más humano” con el triste final de la invasión de la antigua Checoeslovaquia por los rusos y la inmolación de un joven en la plaza.

 En mi propio país, Uruguay, durante una manifestación estudiantil la policía mata a Líber Arce. A pesar de no tener los medios de comunicación ni las facilidades de hoy en día, nos llegaban las noticias y el espíritu rebelde que nos imbuía a toda esa generación hacía que nos adhiriéramos a esa ola de liberación y justicia. Fue un año lectivo muy accidentado, marcado por huelgas y manifestaciones estudiantiles.

En el correr de este año mataron a Robert Kennedy, hermano del también asesinado Pte John F. Kennedy, y la misma suerte corrió Martin Luther King, líder político americano que luchaba pacíficamente por la igualdad civil de la ciudadanía de color.

Por otro lado, nos marcaba la cultura hippy, la música de los Beatles y Rolling Stone, la vestimenta florida, las faldas cortas, los pantalones de botamanga ancha. Se rompía con todo lo tradicional. ¡Pobres nuestros padres tenían que procesar tan rápido tantos cambios!

No es verborragia decir que me marcaron estos acontecimientos tan lejanos geográficamente porque me propuse homenajear in situ los tres lugares, Paris; Praga y Vietnam. Doy gracias a la vida de haber cumplido esos sueños.

Es inevitable la comparación entre estas dos generaciones. Mis 14 idealistas de más, (sin arrepentimientos), los 14 de Agus, tan consumista.

Espero que esta cuarentena nos haga reflexionar y colocar en un punto medio y dé a mis nietos un sentido de justicia que los lleve por caminos de paz, solidaridad y fraternidad.