Bloguera a los 60….
Hace más de 40 años me enfrentaba a la decisión de sentarme en una academia de dactilografía para escribir mirando el texto y logrando velocidad, con la intención de insertarme en el mercado laboral. Tenía mi propia máquina portátil en casa pero era imprescindible tener técnica y rapidez para ser seleccionada y completar los demás conocimientos para ocupar un puesto administrativo.
Pasaron los años y cerca de mis 40, con familia numerosa y sueños a realizar, emprendí la aventura de acompañar un proyecto de formación de empresa familiar. Mi socio, padre de mis hijos, había sido gerente general de una empresa internacional, acostumbrado a secretarias ejecutivas que realizaban todas las tareas administrativas, no necesitaba tener conocimientos de los incipientes programas de computación.
Allí partí, nuevamente, a una academia, pero de computación. Una señora muy conocida de la sociedad, supo ver la necesidad de sus congéneres jóvenes pero no preparadas para este cambio tecnológico, (ya que estaban la mayoría cubriendo el cargo de “gerente de familia”), de entrar en el mundo de la nueva tecnología. En ese momento sólo se necesitaba para usar una computadora. Hoy en día nuestro celular abarca variadas opciones de uso, impensable hace 20 años.
Me armé de los conocimientos necesarios para ser la socia-secretaria y para que él siguiera siendo el socio-gerente…. Yo seguí siendo Gerenta de familia y mi hijo menor apenas tenía 4 años, pero somos de la generación de mujeres todopoderosas con resquicios de educación machista. Una combinación agotadora y a su vez no valorada.
A los 55 años mi socio en la vida se retiró intempestivamente de la sociedad matrimonial y quedé tan devastada que no podía seguir acompañando físicamente la empresa familiar. En ese ahogo de lágrimas y píldoras decidí dejar de naufragar y me subí a un leño: estudiar periodismo, una de los temas que dejé pendientes de mi proyecto personal por dos razones:
1 ) llegaba al Paraguay de Stroessner y su dictadura siendo una joven uruguaya de la época en la que queríamos cambiar al mundo y seguramente terminaría presa en mi primer comentario y 2) siempre mi familia fue mi prioridad. Culminé mis estudios con medalla de oro y se la dediqué a mi hijo menor, único que no tuvo su mamá full time, y a mi nieta mayor, Agustina, que compartíamos amor de abuela novata antes de partir a la facu.
Actualmente me encuentro en la etapa de “descanso del guerrero” y a esto se suma el síntoma de “nido vacío”. El problema es que la guerrera aún sigue viva y la casa está muy sola, las tardes se hacen muy largas y las noches muy frías. Por lo tanto he decidido hacerme bloguera a los 60!!!!
Quien sabe que tendré que estudiar a los 80………